viernes, 21 de diciembre de 2007

Viernes a la noche

Tengo conversaciones con vos, sin vos. Te cuento que me había enamorado, pero que nunca me creí suficientemente buena para vos, y que me lo confirmaste, por eso me doliste tanto y todavía me duele. Sé que tenés una novia nueva. Una morocha con la que vas al shopping a comprar regalos navideños. Sé que no pensás en mí porque nunca me respondiste los mensajes que te mandé. Te conté también esta noche, sin contarte nunca, que estoy enferma. He vuelto a sentirme tan vacía como hace algunos años, tan sola y cansada de mí misma, tan atrapada. Espero que alguien llame a mi teléfono pero nadie parece querer rescatarme del pozo en el que me encuentro. Quisiera llamarlos pero ¿qué voy a decirles? Que tengo ganas de dormir todos los días. Que me la paso pensando en lo mal que me siento. Las mismas cosas que dije hace tiempo, ¿quién querrá escucharlas? ¿Por qué no te diste cuenta de lo que me pasaba? ¿Por qué no me ayudaste? ¿Por qué no estuviste ahí conmigo? ¿Por qué no estás ahora? ¿Por qué las noches tienen siempre el mismo final?

sábado, 15 de diciembre de 2007

De la tarde en desamor

Me tomo hasta la última gota del vaso que no suelta mi mano.
Es una fiesta y tengo que divertirme.
Me pierdo los detalles que me circundan. No me importan más.
Me escapo, me hundo, me elevo, me pierdo, me voy, me voy, me voy, me voy.
-
Estábamos tirados en medio del patio. Mirando el cielo más azul de nuestras vidas.
Así nos gusta despedir el año, flotando en una burbuja.
Yo te miro y no te veo. Miro tu boca y no la escucho.
Vos te volviste decorado. Yo me perdí entre los rayos de una tarde de verano.
-
Después me besas los ojos. Y las luces se hacen sombra.
Nos tocamos las manos, como si las descubriéramos por primera vez.
Olvidalo, pienso. Olvidalo y dejalo ir.
Que se vaya, que se vaya ahora, que se vaya solo y para siempre.
-
Él no te quiso nunca, o no se animó a quererte como debía hacerlo.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

La que hubiera podido ser

Ella hubiera querido no tener cuerpo, no ser huesos ni carne, no ser músculo o sangre.
Sentía que bajo las cicatrices de su piel, desgarrada para siempre, como un recordatorio de sus peores años, se encontraba recluida la persona que podría ser, pero nunca sería.
La piel es una cárcel y también lo es la mente.
Ella habitaba los pasillos de su reclusión perpetua. Sabe que existe una llave pero no puede encontrarla. Se encierra y la esconde; es su propia carcelera.
El lugar en el que habita está cargado de sueños, entre los barrotes de su cabeza imagina que es otra, libre, plena. Sueña con esa que hubiera sido, con esa que hubiera podido ser.

martes, 11 de diciembre de 2007

Tratar demasiado

ALGUIEN COMO YO:

Intenta ser inteligente y culta.
Simpática.
Agradable con desconocidos.
Atrevida con amantes ocasionales.
Correcta con los mayores.
Divertida con los amigos.
Femenina con él.
Segura en el trabajo.
Linda, todo el tiempo.

¿QUÉ SOY DE TODO ESTO REALMENTE?

Con seguridad:
Una mina cansada de vivir para y por los otros como un pequeño camaleón de ocasión.
Y qué pasa si no soy tan simpática, ni divertida, ni linda, ni educada, ni culta, ni segura, ni correcta, ni atrevida, ni bla bla bla bla bla. Soy yo. ¿Me banco ser yo?

¿Qué hacer?

Acabo de salir de la ducha.
Entré con todas las intenciones de vomitar el atracón gigante que tuve hace una hora.
Acabo de salir de la ducha, pero no vomité.
No sé si puedo sentirme contenta por este episodio cuasifrustrado.
Me dije a mí misma: "no, bancatelá, vas a engordar toda la comida que te metiste, pero no vuelvas a hacer lo mismo".
-
Bulimica de 24 años que vive con sus padres, soltera, inmadura, insegura, inestable, es demasiado triste. No, no es lo que yo quise ser, lo que quiero ser.
"Pará un poco", me dije. "Respirá profundo y PARÁ!".
Ahora estoy llena de comida, y sí, me siento mal porque sé que podría haberla vomitado, como si nada hubiera sucedido, pero estoy cansada de jugar a que nada pasa mientras pasa todo, se me pasan los años y con los años lo que se pasa es la vida.
-
Confío en un nuevo comienzo ... como tantas veces lo he hecho. He estado comenzando de nuevo durante toda mi vida, pero prefiero eso, un millón de veces a dejarme ir para abajo.
Espero que mañana sea mejor que hoy y que ayer.
Mientras me envolvía en la toalla al salir de la bañera tuve ganas de empezar natación. Las tardes sola en mi casa me están haciendo todo muy difícil. También creo que sería bueno hablar con mi familia, para que me ayuden.
-
Afuera resplandece un sol inmenso, yo me cansé de estar escondida entre atracones. Aunque pese un millón de kilos, tengo que empezar por algún lado. No voy a esperar a estar flaca para vivir, como lo he hecho siempre. Es simplemente ridículo.

domingo, 9 de diciembre de 2007

III

Estuve dando un par de vueltas en la web, leyendo cosas sobre Bulimia y Anorexia. Tengo una larga historia con estas enfermedades, sobre todo con la bulimia, de la anorexia he sido sólo testigo.
-
Empecé a vomitar a los 13 o 14 años más o menos. La primera vez que hice una dieta tenía 9 años ... hacía danzas clásicas y la boluda de la profesora pensó que con unos kilos menos iba a estar bárbara. A lo mejor sí, tenía unos kilos de más, pero qué clase de vieja estúpida le dice que está gorda a una nena de 9 años! No sé, no me parece.
-
La cosa es que llegué a un blog que se llama pro-anamia, algo así. Había como 309 mensajes en un post que daba consejos cobre cómo ser bulímica o anorexica. Kate Moss era el modelito a seguir. La mayoría de los comentarios pertenecían a chicas, muy jovencitas según me pareció por cómo redactaban, que reinvidicaban estas enfermedades.
-
Creo que 10 años como bulimica que habilitan para decir algo. En primer lugar: están en pedo. Vivir así es lo peor que te puede pasar, horrible, siempre te sentís mal, y cuando crees que te sentís bien es porque estás peor que nunca. Vamos che! que la vida tiene que ser más que ser flaca o gorda o Kate Moss. Sí, yo creo que sí. Al menos lo intentemos.

II

Bueno ... hoy no vomité. Importante. Comí demasiado, pero no vomité. Quedé frente al espejo después de bañarme y me horrorice, pero no vomité. Importante. "Estamos mal, pero vamos bien", decía mi médica. Me gustaba esa frase.
De todos modos, no sólo me interesa no vomitar, tengo muchas otras cosas que cambiar. A veces tengo ataques de ira y no controlo mis palabras. Después me doy cuenta de que los demás se asuntan un poco y la verdad que yo también. Pedir perdón a mis viejos es incluso más difícil que controlarme. Hacemos como si nada hubiera pasado.
Tengo planes de irme a vivir sola el año que viene. Hace mucho que lo vengo postergando. Hace como dos años dejé de ir a mi psicólogo diciendo que me iba a mudar sola y no podía pagarle. Él me había dicho que lo hiciera, que me fuera de mi casa. Yo quería, pero al final por un montón de pequeñas cosas no pudo ser.
Mientras más grande me pongo más miedo me da independizarme, yo pensé que iba a ser al revés, lo que pasa es que mis arranques de querer irme a los 18 eran delirios de niña caprichosa, ahora ya estoy hablando un poco más en serio, cayendo en cuenta de que es mi turno de hacerme cargo de mí misma.
Cómo voy a hacerlo si todavía no puedo superar este tema con la comida. Me preocupa un poco. Quisiera estar estable y segura antes de tomar una decisión así. ¿Alguna vez estaré estable y segura?

sábado, 8 de diciembre de 2007

I

Siento un poco de envidia por esas personas estables que pueden proponerse algo y trabajar para alcanzarlo, sin autoboicots o bajones anímicos que arruinan todo. Envidio a quienes no tienen que luchar con ellos mismos constantemente. ¿Realmente existen estas personas?
Yo nunca me he sentido cómoda en mi propia piel. Me cuesta mirarme el cuerpo en un espejo, no quiero que otros me vean, me rehuso a tener una vida sexual por ese motivo. Es triste, querer algo y no permitirse a uno mismo tenerlo. Esa dualidad entre el querer y el hacer puede llegar a volverte loca.
Ni mis más cercanos amigos saben lo que yo paso todos los días, y si conocen mis conductas, no las entienden.
Ayer tuve mi quinta o sexta recaída desde que me dieron de alta del tratamiento, en el que estuve 4 años. Por recaída me refiero a vomitar, completar el circuito de sentirme mal, comer, vomitar y sentirme mal nuevamente. Hubo otros momentos en los que también estuve mal, muchos más de cinco o seis. Lo que generalmente hago es dejar todas mis actividades, no ir a la facu, no contestar el teléfono a mis amigos, estar irritable y agresiva, quedarme en mi casa comiendo más de lo normal. Es increíble pero casi nadie se da cuenta de lo que me pasa, estoy así cuatro o cinco días y después vuelvo a la normalidad.
Creo que lo de ayer me pasó porque tenía que inscribirme para rendir, no lo hice y me sentí mal, fuera de control. El tema del control es algo importante, cuando cumplo con mis obligaciones me siento tranquila y en control de mi vida, cuando no, todo se empieza a caer en pedacitos.

Sobre mí

Yo soy una persona como cualquier otra. Camino todos los días por las calles de Córdoba. Tengo amigos, me río, hago chistes, estudio, salgo, me divierto, me enamoro, tengo proyectos, e intento hacer todas estas cosas mientras trato de controlar mi problema con la bulimia. Tengo 24 años y después de 4 años de tratamiento, del cual me dieron de alta hace aproximadamente 3, estoy tratando de lidiar con mis recaídas, sola. Tengo miedo y supongo que con esto intento construir un espacio de libertad, desde el anonimato, pero con verdadera honestidad.