sábado, 8 de diciembre de 2007

I

Siento un poco de envidia por esas personas estables que pueden proponerse algo y trabajar para alcanzarlo, sin autoboicots o bajones anímicos que arruinan todo. Envidio a quienes no tienen que luchar con ellos mismos constantemente. ¿Realmente existen estas personas?
Yo nunca me he sentido cómoda en mi propia piel. Me cuesta mirarme el cuerpo en un espejo, no quiero que otros me vean, me rehuso a tener una vida sexual por ese motivo. Es triste, querer algo y no permitirse a uno mismo tenerlo. Esa dualidad entre el querer y el hacer puede llegar a volverte loca.
Ni mis más cercanos amigos saben lo que yo paso todos los días, y si conocen mis conductas, no las entienden.
Ayer tuve mi quinta o sexta recaída desde que me dieron de alta del tratamiento, en el que estuve 4 años. Por recaída me refiero a vomitar, completar el circuito de sentirme mal, comer, vomitar y sentirme mal nuevamente. Hubo otros momentos en los que también estuve mal, muchos más de cinco o seis. Lo que generalmente hago es dejar todas mis actividades, no ir a la facu, no contestar el teléfono a mis amigos, estar irritable y agresiva, quedarme en mi casa comiendo más de lo normal. Es increíble pero casi nadie se da cuenta de lo que me pasa, estoy así cuatro o cinco días y después vuelvo a la normalidad.
Creo que lo de ayer me pasó porque tenía que inscribirme para rendir, no lo hice y me sentí mal, fuera de control. El tema del control es algo importante, cuando cumplo con mis obligaciones me siento tranquila y en control de mi vida, cuando no, todo se empieza a caer en pedacitos.

1 comentario:

anabuscaunsitio dijo...

hola cielo
te entiendo mucho.. pero no se pq nuestros problemas los pagamos siempre con nosotras mismas...
la comida.. ains, a veces tan indispensable y otras veces tan odiada..
en ocasiones pienso q si no tubiera q comer, como los q se mueren de hambre, no tendria esta estupida enfermedad